domingo, 14 de marzo de 2010

¿Eres perfeccionista?




El perfeccionismo, en mi opinión, está hoy día sobrevalorado. Yo, que antes me consideraba perfeccionista, me estoy quitando. ¿Por qué? Porque creo que trae más problemas que beneficios. Cuando uno es perfeccionista es demasiado exigente consigo mismo, lo cual le lleva a sentirse mal cuando comete un error, "¿cómo he podido hacerlo así?". Por otra parte, el perfeccionista tiende a medir a todo el mundo por esa misma medida y, no olvidemos que la mayoría de la gente no es perfeccionista, por lo tanto, es difícil encontrar a alguien que haga lo que tú quieres tal como tú quieres. Ello lleva a no delegar o a encontrar faltas constantes en todo lo que hacen los demás. ¿Cómo dejar de ser "perfeccionista" y por tanto, dejar de sufrir por ello? Relajándose y flexibilizándose un poco. No importa tanto la simetría absoluta, que los cuadros estén excesivamente alineados o que ningún papel se mueva de su sitio. Relaja tu visión del mundo y serás más feliz contigo y con los demás.

También hay personas que, por considerar que no van a hacer algo de manera perfecta, no se ponen a ello: "nunca seré capaz de aprender inglés como un inglés nativo", "imposible que yo pinte como Goya", "jamás lograré ser un Nadal". Vale, es posible que, según tú, no puedas llegar a esos estándares, aunque desde luego, si no te pones a ello no lo lograrás. No hace falta ser el mejor en algo para disfrutar de una actividad. Una vez más, el relajar tu visión del mundo y disfrutar de aquello que te apetece hacer, sin tener como umbral el perfeccionismo, nos ayuda a vivir mejor. ¿Eres perfeccionista? Entonces posiblemente seas un sufridor/a.

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